Un mosaico, así se va construyendo nuestro mundo interno, y parece que mientras más vamos madurando, más nos vamos guardando y ocultando debajo de máscaras que somos autómatas de apariencias.
Las hay de todos tipos para defenderse, para atacar, para amar e incluso para criar.
De tiempos remotos se usan para ocultar el rostro, para ocultar el alma, debemos ser capaces de mirar los ojos los que nos darán el placer de leer lo que hay debajo y el ser capaces de mirar a través de ellas, nos dan la posibilidad de entrar y habitar en el otro que es lo importante para nuestra propia evolución.
Hoy pensaba que definitivamente mis roles trato de no ocultarlos debajo de ellas y a lo mejor debería...................
Hay tan pocas cosas que nos son dadas como es la integridad de ser precisamente quienes somos, que pienso que muchas veces es necesario sacarla y abrir aquello que escondemos, hemos sido criados para siempre defendernos de esto o de aquello que al final dejamos de ser nosotros mismos para volcarnos a las necesidades de ellas, muchas veces también las usamos para no hacer daño o para minimizar los miedos, pero ¿De qué sirve la vida si siempre estamos ocultos? ¿Cómo podemos transmitir lo que queramos si finalmente lo que trabajamos es lo de encima y no lo de abajo?, se hace imposible llegar a nosotros y que lleguemos a los otros si transamos de máscara a máscara, también debo decir que son útiles a la hora de estar tristes o escondidos, pero sólo un rato.
Creo que es tiempo de pensar y darle nueva forma a nuestras máscaras a lo mejor de colorearlas, o sencillamente usarlas en caso de emergencia........A mí parece que no me quedan..............
No hay comentarios:
Publicar un comentario